A 65 kilómetros de distancia de Barcelona se encuentra Manresa, capital de la comarca de Bages. Además de un conjunto medieval de enorme valor, Manresa posee una larga tradición comercial y vinícola, lo que la ha convertido en un referente de la Cataluña central gracias también a su excelente ubicación como nudo de comunicaciones.
La Colegiata Basílica de Santa María refleja la importancia que tuvo la ciudad durante la que se considera su época dorada, el siglo XIV. Como reflejo de esos tiempos, La Seu, que es como se la denomina con cariño, es un estandarte del estilo gótico. El Puente Viejo sobre el río Cardener, junto al edificio de la Cueva de San Ignacio, es una de las estampas más típicas de Manresa.
Destacan también los barrocos Palacio de Justicia y el Ayuntamiento, y la Capilla del Rapto. De corte modernista, es recomendable fijarse en el Casino, la Casa Lluvià o el Convento de Santa Clara. El Parque de la Sèquia es un estupendo entorno para entrar en contacto con la naturaleza.
La Fiesta de la Luz, cada 21 de febrero, se vive con especial fervor, sin desmerecer a la Semana Santa o la Fiesta Mayor, en el mes de agosto. La especial ubicación de la ciudad, permite disfrutar de espacios paisajísticos tan únicos como lo que ofrecen los valles interiores de Urgel y Segarra.
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