Bélgica, en el noroeste del continente europeo, es uno de los países más interesantes para conocer por su mezcla de cultura, historia, conservación del patrimonio cultural y forma de entender la vida, ya que los belgas son acogedores y disfrutan recibiendo a viajeros de cualquier nacionalidad. Con 11 millones de habitantes, el país que acoge a numerosas instituciones europeas e internacionales goza de un alto nivel en su calidad de vida.
La cosmopolita Bruselas, la atractiva Amberes, la medieval Brujas, la universitaria Lovaina y las hermosas Gante, Lieja o Charleroi son algunas de sus ciudades más importantes, cada una con su personalidad y características diferenciadas. Con tres lenguas oficiales -neerlandés, francés y alemán- en Bélgica se vive una amalgama de tradiciones y folclore que merece la pena conocer en detalle.
El Día de San Nicolás, que se celebra cada 6 de diciembre, así como el Carnaval de Binche, cerca de Mons y la Procesión de la Sagrada Sangre, en Brujas, son festejos con enorme arraigo y seguimiento. La cultura es parte fundamental de la vida belga. Si algo ha exportado al mundo el país de Tintín ha sido, precisamente, el genio de historietistas como Hergé o Morris.
En la gastronomía belga tiene un puesto de honor el chocolate, en especial los bombones. También los gofres, el budín de pan y el pastel de arroz gozan de enorme fama. Las patatas fritas se venden por la calle, en los puestos denominados frietkot. En cuanto a las bebidas, destacan la ginebra y la cerveza en todas sus numerosas variantes.
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