Japón combina el exotismo de un país oriental, la pujanza económica que la ha llevado a ser una potencia mundial, y su enraizada espiritualidad. Moderno, vanguardista, siempre sorprendente, el país del sol naciente ofrece una enorme diversidad y no está exento de un valioso entorno natural.
Formado por casi 7.000 islas, Japón tiene su capital en Tokio, una de las urbes más cosmopolitas del mundo. Kioto, Hiroshima y Shirakawago son otras ciudades de sumo interés. Nara es la antigua capital. El Monte Fuji, Patrimonio de la Humanidad, y los santuarios y templos repartidos por todo el archipiélago, trasladarán al visitante a una época pasada. El Santuario Meiji Jingu es el más popular, y el Templo de Sensoji el más antiguo. Ambos se encuentran en Tokio.
El país del manga, la geishas, el karaoke y el anime es también un exportador de cultura y de su manera de entender el mundo. La artesanía, las ceremonias alrededor de la cocina y otras expresiones como el cuidado de los jardines o las representaciones forman parte de su expresión.
La gastronomía nipona emplea el pescado en numerosos platos, como el sushi, ya popular en Occidente. La ceremonia del té tiene especial importancia dentro de las familias y en muchas reuniones. En cuanto a los deportes, el sumo está considerado el deporte nacional por excelencia, aunque las diversas artes marciales son muy seguidas y practicadas por la población.
Alquilar un coche facilita los desplazamientos por el país, en el que, por otra parte, se pueden encontrar excelentes carreteras para moverse entre ciudades.
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